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Experiencia y desconfianza
La experiencia siempre juega un papel crucial en el ámbito digital. A medida que las generaciones mayores acumulan conocimientos y habilidades en tecnología, desarrollan un escepticismo natural hacia ciertas prácticas inseguras. Por el contrario, la Generación Z, al haber crecido en un entorno tecnológicamente avanzado, tiende a ser más abierta y confiada en cuanto a las interacciones digitales. Sin embargo, esta confianza puede resultar perjudicial.
Falta de conocimientos en ciberseguridad
A pesar de ser considerados nativos digitales, los jóvenes nacidos alrededor del año 2000 carecen de conocimientos sólidos sobre ciberseguridad. Según un informe reciente, un alto porcentaje de ellos se muestra inseguro y con poca conciencia de los riesgos de seguridad en línea. Esto plantea serias preocupaciones respecto a su protección frente a amenazas en internet.
Comunicación bancaria insegura
Es alarmante que un considerable porcentaje de la Generación Z crea que pueden ser contactados por su banco a través de canales no oficiales, como WhatsApp. Esta creencia aumenta la probabilidad de que caigan en estafas, ya que muchos piensan erróneamente que estas comunicaciones son legítimas.
Atención a las advertencias
La encuesta reveló que solo un tercio de los jóvenes presta atención a las advertencias que reciben sobre seguridad. Esta falta de atención contrasta con la actitud más cautelosa que suelen tener las personas mayores, que son más propensas a seguir las recomendaciones de su banco.
Sensación de vulnerabilidad
Curiosamente, a pesar de los riesgos evidentes, un porcentaje elevado de la Generación Z afirma sentirse seguro al usar los servicios bancarios en línea. Esto, junto con la posibilidad de que piensen que los bancos pueden contactarlos de manera insegura, los convierte en un blanco ideal para los cibercriminales.